- 09/10/2013
- Categorías: Cosas de Caza, Opiniones
No seré yo quien niegue las más que posibles contradicciones o debilidades en las que como todo pueblo incurre la sociedad estadounidense, pero lo cierto es que en lo concerniente a la situación en materia de conservación de la vida salvaje, amén de pionera en la protección de espacios naturales con la declaración del Parque Nacional de Yellowstone en 1872, está a la vanguardia mundial con importantes avances tanto en investigación forestal como en el estudio de la fauna silvestre, de ahí que destaque como uno de los países desarrollados con más y mejores recursos naturales conservados, liderando el Programa Man & Biosphere con 47 áreas adscritas designadas Reservas de la Biosfera.
No obstante, lo verdaderamente sorprendente es que, siendo el segundo país que alberga mayor biodiversidad, por detrás de Méjico, no sólo desista en señalar a la actividad cinegética como presunto factor causante de pérdida de riqueza ecológica, sino que incluso cuenta con un Presidente que, además de no tener empacho alguno en instaurar un “Día Nacional de la Caza y la Pesca”, es capaz de hacer las siguientes manifestaciones en la proclamación del mismo el pasado 22 de septiembre de 2012 “celebramos nuestro rico legado de conservación, reconociendo a los deportistas que han contribuido a llevarlo adelante, y renueva un espíritu de responsabilidad que ha ido pasando a innumerables estadounidenses para ayudar a preservar nuestro patrimonio natural para las generaciones futuras […] los cazadores y pescadores forman parte de nuestros más fuertes defensores de la conservación”. Declaraciones éstas que adquieren mayor relevancia al estar hechas por un presidente de turno nada sospechoso de estar en connivencia con el lobby de las armas o de la caza y que vienen a confirmar la madurez y rigor con que la sociedad norteamericana entiende el papel que juega la práctica cinegética en la contribución a la conservación de la vida silvestre.
Por otro lado, sazón ésta alcanzada como resultado de la experiencia y conocimiento de instituciones capaces como el Florida Fish and Wildlife Conservation Comission (http://myfwc.com/), que contando con el compromiso y el celo necesario, a raíz de unas fotos colgadas en Facebook, instó este pasado mes de marzo el arresto de un turista que, creyendo que no hacía nada malo, no tuvo otra ocurrencia que abrazar y tratar de montar a caballito una cría de manatí, especie en peligro de extinción en Taylor Creek (Florida) donde estuvo de excursión con su familia. Pero, ¡ojo!, también es este organismo el que, con la misma madurez, cuenta con una División de Caza y Gestión Cinegética que no duda en poner en marcha programas con el objetivo abiertamente declarado de retener y reclutar a cazadores, especialmente dirigido a niños, jóvenes y minusválidos, consciente en todo momento que esta actividad recreativa contribuye a desarrollar en edades tempranas un interés proactivo por los esfuerzos de conservación de la vida silvestre.
Ante esto, no puedo evitar preguntarme qué hemos hecho mal o qué hemos dejado de hacer para que siendo el nuestro un país con siglos de tradición venatoria, donde tenemos innumerables ejemplos de ecosistemas evolucionados y conservados en íntima relación con las prácticas agrosilvopastorales del hombre, nos quede tan lejos este “saber hacer” en materia de gestión cinegética y de fauna silvestre.
Lo cierto es que si aquí, por casualidad ya que no podría ser de otra forma, se les ocurriese a los miembros de una junta consultiva de alguna Reserva Andaluza de Caza incluir semejantes actividades dentro de su oferta cinegética, reflejando en su página web programas similares del tipo “Fin de Semana Joven de la Caza con Reclamo”, dirigido sólo para menores de 16 años a los que se le permitiese cazar una perdiz con la supervisión de un adulto, o bien ofertar permisos específicos de caza en puesto fijo para discapacitados, lamentablemente no les quedaría sitio donde guarecerse, estoy seguro que los corren a gorrazos hasta la frontera. Sorry, but Spain is different.