Días atrás he tenido la suerte de asistir y participar como ponente en el I Congreso Nacional de Caza y Desarrollo Rural celebrado en Toledo, organizado por la Real Federación Española de Caza y Aproca-España bajo el auspicio del Ministerio de Medio Ambiente Rural y Marino. Han sido dos días …

Días atrás he tenido la suerte de asistir y participar como ponente en el I Congreso Nacional de Caza y Desarrollo Rural celebrado en Toledo, organizado por la Real Federación Española de Caza y Aproca-España bajo el auspicio del Ministerio de Medio Ambiente Rural y Marino.

Han sido dos días intensos hablando de caza pero desde una perspectiva económica y de desarrollismo rural, algo totalmente diferente a lo que suele ser habitual entre cazadores siempre preocupados por la caza en estado puro.

Los datos socioeconómicos aportados por los representantes de la Administración hablan, por sí solos, de la verdadera realidad e importancia de la caza en España como motor y factor fundamental en el desarrollo social y económico en el mundo rural. Son apabullantes.

La caza es algo más que un deporte o una simple actividad que se desarrolla al aire libre; la caza contribuye de manera efectiva a la conservación de la biodiversidad y al desarrollo económico del mundo rural. Incluso a la altura de industrias tan importantes como la del aceite de oliva a nivel nacional, según nos comentó la Subsecretaria de Estado del MARM.

Vamos a los datos, en este caso referidos a Andalucía, que muestran esta realidad que algunos se niegan a ver.

En Andalucía y según datos de la Consejería de Medio Ambiente, el terreno cinegético alcanza algo más de 7 millones de hectáreas, o sea, que el 81 % de la superficie de nuestra Comunidad Autónoma está destinada, entre otros aprovechamientos, a la caza.

Durante el pasado año 2010, fueron emitidas algo más de 200.000 licencias administrativas de caza, cantidad que representa el 4% de la población andaluza actual. Del total indicado el 28% correspondían a cazadores residentes en ciudades andaluzas de más de 50.000 habitantes y el resto (72%) residían en localidades andaluzas de menos de 50.000 habitantes.

La Consejería de Medio Ambiente estima que la caza en Andalucía genera unos recursos económicos anuales que superan los 3.500 millones de euros. Más concretamente y en el ámbito forestal, la gestión cinegética generó en 2007 unos 71 millones de euros y más de 47.000 jornales reales, lo que convierte a la caza, según el estudio denominado Valoración Económica Integral de los Sistemas Forestales de Andalucía, en el segundo recurso natural en los ecosistemas andaluces por debajo mínimamente de la industria del corcho.

Con estos datos, es innegable que la caza ostenta la condición de primer subsector económico productivo primario, especialmente significativo para municipios rurales y zonas desfavorecidas, constituyendo, de igual forma, un elemento esencial de vertebración social y para la conservación del medio ambiente.

A mi modo de ver, este Congreso ha marcado un hito en cuanto al necesario reconocimiento del valor social y económico de la caza en España.
Sus conclusiones nos proveen a todos los cazadores de sólidos argumentos con los que promocionar y defender nuestro deporte favorito de tantas agresiones e incomprensión. Ahora solo queda que nuestras Administraciones tomen buena nota y obren en consecuencia.



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