Por José Enrique Leyva Cepeda, gerente de ATECA

Durante cuarenta años, he gestionado cotos de caza en la Sierra Norte de Sevilla, de ahí que mis relaciones con muchos habitantes de la zona hayan sido y sean muy cordiales.

Y a estoy por calendario retirado de esos menesteres, pero mis relaciones siguen vivas con muchos de ellos, preferentemente con los cazadores de la zona.

Siempre he apoyado a la Sociedad de Cazadores de Cazalla de la Sierra, con la que he mantenido una estrella relación, pues además el coto de Upa y Palmilla, que dicha sociedad gestiona, es lindero de uno de los cotos gestionados por mí, durante treinta años.

Tienen la deferencia impagable de seguir invitándome a sus monterías, sin pertenecer yo a la Sociedad. Asisto a las que puedo con sumo placer, a pesar de estar mi mundo cinegético ligado a los cotos privados de caza mayor.

Me llama la atención la seriedad con esta Sociedad acomete la gestión de las fincas públicas, cuyas monterías organiza, cómo se sortea, cómo se colocan las armadas y puestos con total seguridad y sobre todo la caza responsable que se realiza, respetando y haciendo respetar la legislación cinegética con el mayor rigor.

Hace años que me presionan como miembro del Comité de Caza de la Consejería, para que proponga la limitación de la caza de ciervas en las fincas abiertas de la zona, pues ellos notan una disminución significativa de sus poblaciones.

Es posible que alguna vez comentan una equivocación, como le ocurre a cualquier ser humano, pero sin ser premeditada, y corrigiéndola de inmediato cuando la detectan.

Pues bien, esta Sociedad para mí ejemplar, viene sufriendo desde hace pocos años, un acoso injustificable, por parte de determinados Agentes de Medio Ambiente.

Todo se inicia cuando a un Agente, que era socio, y “colaborador” de la Sociedad, se le retira la colaboración, por entender la Directiva que la misma, era para un aprovechamiento cinegético demasiado subjetivo por su parte.

Éste Agente se dio de baja en la Sociedad de Cazadores, al sentarse ofendido y desde entonces busca las vueltas en todos los eventos cinegéticos que se organizan por dicha Sociedad, a fin de poder denunciar todo lo denunciable.

Pero es que además algunos compañeros del Agente, practican un corporativismo malsano con el mismo;’ y le ayudan al acoso contra la Sociedad de Cazadores en todas las monterías que se organizan. Por cierto, que no se les ve, en casi ninguna otra montería de la zona, y a fuer ser probos funcionarios vigilan con lupa la caza en las fincas públicas, que gestiona la sociedad, a veces con dos patrullas, cuándo se quejan continuamente de la falta de compañeros para su trabajo.

El asunto ha tomado vuelos, y la Delegación Provincial de Medio Ambiente en Sevilla, a pesar de las reuniones tenidas con el Presidente de la Sociedad, en las que éste ha dado toda clase de explicaciones, no ha tomado ninguna medida al respecto.

Dicen que piensa mal y acertarás, pues bien, yo pienso que lo que se persigue por parte de algunos es desposeer a la Sociedad de la gestión cinegética de las fincas a ella asignada, para satisfacer una venganza personal por un supuesto agravio, y para ello se utiliza una persecución legal para magnificar los posibles errores o equivocaciones que se cometan, amparados en uniformes de agentes de la autoridad.

Cómo miembro del Comité de Caza, de la Consejería, pediré al mismo las actuaciones de los Agentes de Medio Ambiente de la zona, en las monterías y ganchos para dilucidar sí sus actuaciones son objetivas e indiscriminadas, o todo obedece a intereses espúreos de un acoso injustificado a cazadores modestos.

Cuándo hace ya más de 25 años, el entonces Viceconsejero de Medio Ambiente, Luís García Garrido, me dijo en su despacho de la Casa Rosa, qué no quería que los Agentes de Medio Ambiente fueran la Guardia de Corps de los ingenieros forestales y qué los iba a independizar en un cuerpo autónomo, dependiendo sólo de los Delegados Provinciales, le dije que con ello crearía un cuerpo de élite, que terminaría por ser un grupo con un gran poder y escaso control que podría derivar en abusos e injusticias. Desgraciadamente mi vaticinio se ha cumplido más veces de las esperadas, aún cuando hay muchos Agentes de probada honestidad y profesionalidad.