- 25/01/2012
- Categorías: Artículos, Cosas de Caza
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Es costumbre necesaria que, cuando un año termina y otro comienza, se haga un balance pormenorizado del trabajo desarrollado en el año que se despide y un análisis de los frutos o logros obtenido durante el mismo. Pero no pretendo en esta nueva entrada de blog, primera del año, realizar un análisis pormenorizado de ese trabajo, pero sí un breve y conciso balance sobre las grandes cuestiones sobre las que han girando ese trabajo y nuestras necesarias relaciones con la Consejería de Medio Ambiente.
En este sentido, debo ser claro y decir que, a pesar del enorme esfuerzo realizado por todos los que formamos la FAC, el resultado obtenido ha sido insuficiente y no del todo satisfactorio. Ni la reforma del Reglamento de Ordenación de la Caza, ni la regulación de la figura del control de predadores ni la Orden sobre guardas de coto de caza vieron la luz durante el pasado año 2011, tal y como pensábamos que sería después el enorme esfuerzo realizado. Las razones de ello habría que encontrarlas en la lenta burocracia de nuestra Administración y en la enorme carga de trabajo que soporta el Instituto Andaluz de Caza y Pesca de Andalucía, cuestiones que han impedido rematar todas estas cuestiones. La Consejería de Medio Ambiente debió haber previsto estos inconvenientes y haberse adelantado a ello, pero no ha sido así. Pero todo lo anterior no puede restarnos un ápice de ilusión y de ganas pues no debemos olvidar que se consiguieron otros objetivos aunque los anteriormente relacionados eran muy importantes. Además seguimos trabajando en esos temas y quizás, en breve, podamos llevarnos alguna sorpresa agradable viendo materializado alguno de estos proyectos. En conclusión, seguimos donde lo dejamos el pasado año: viejos retos … para un nuevo año.