El ecologismo al alza

Leía días atrás en uno de los grandes periódicos nacionales un interesante artículo que concluía en el sentido de que el ecologismo nacional brota en plena crisis económica y social. Sorprendente e interesante. Según los responsables de las principales organizaciones ecologistas, Amigos de la Tierra, WWF Adena, Ecologistas en Acción, Greenpeace y SEO Birdlife, la sociedad se está activando y moviendo hacia planteamientos más conservacionistas, la sociedad pide más medio ambiente cansada de lo políticos actuales que resuelven muy pocos problemas.

 En conclusión y en palabras de unos de estos representantes, el paro y la crisis económica no está impidiendo que haya un movimiento ecologista fuerte que incluso está creciendo, debido a que la gente está convencida de que el ecologismo es una opción política y social muy válida y viable. Como botón de muestra basta recordar los resultados electorales obtenidos por la plataforma política EQUO, de naturaleza ecologista, que en las últimas elecciones generales se situó como quinta fuerza política más votada de entre aquellas que tenían una propuesta política estatal. Resultaba también interesante y clarificador leer los números del ecologismo nacional: Greenpeace, unos 100.000 socios y 7 millones de euros de presupuesto; WWF Adena, unos 33.000 socios y 6 millones de euros de presupuesto; Ecologistas en Acción, 30.000 socios y 1 millón de presupuesto; SEO Birdilife, 12.000 socios y 6 millones de euros y Amigos de la Tierra, con 2.000 socios y 3 millones de euros de prespuesto. Datos muy reveladores. Todos estos datos merecen ser analizados detenidamente y desde un punto de vista cinegético. Si trazo una comparativa de la situación ecologista con el sector cinegético, la primera conclusión que alcanzo es que, al contrario que el ecologismo, el sector cinegético sí que está siendo golpeado fuertemente por la crisis económica y social que actualmente vivimos. Los apuros económicos que estamos pasando están obligando a muchos cazadores a prescindir de su afición favorita o bien a llevar una personal política de ahorro en lo que a la caza se refiere. A pesar de ello y aunque suene fácil decirlo o escribirlo, la actual situación debe servir al sector para reorganizarse, reestructurarse y reorientarse desde un punto de vista social y económico. Los años pasados de fuerte mercantilización de la actividad cinegética deben dar paso a nuevos años que se orienten hacia parámetros de “sostenibilidad” económica. La caza social es un claro y buen ejemplo de lo que digo: una caza que permite a todos su práctica, independientemente de su capacidad económica. Por otra parte y a bote pronto, el análisis de los datos económicos y sociales del ecologismo patrio, me llevan a pensar, es evidente, que económicamente son más poderosos que nosotros; fundamentalmente, debido a las subvenciones y ayudas oficiales que perciben para la puesta en marcha de sus programas de conservación, no caben dudas. Sin embargo, desde el punto de vista social, la diferencia entre cazadores y ecologistas es importante y favorable a nosotros. Basta leer que el total de ecologistas con carné alcanza la cifra de 200.000 a nivel nacional; mientras, la Federación Andaluza de Caza, por ejemplo, tiene más de 100.000 afiliados. Este dato nos muestra la verdadera realidad social de la caza en Andalucía y en España, la verdadera importancia del movimiento cinegético andaluz y nacional. Debemos aprender de los ecologistas y en los tiempos que corren con continuos cambios políticos y sociales, los cazadores debemos afirmarnos en nuestra condición y ocupar el lugar que nos corresponde en la sociedad actual, de manera visible y protagonista, reivindicando nuestros derechos y defendiendo nuestros intereses. Nuestra voz tiene que ser escuchada en todo momento y no sólo cuando ocurre alguna desgracia o cualquier persona de fuerte relevancia social sufre un percance mientras practica su afición favorita, momento que los ecologistas aprovechan para arremeter contra el mundo de la caza y los cazadores para defendernos del ataque. El mundo cinegético está suficientemente vertebrado para lograr una cohesión suficiente que permita que nuestra voz se escuche en cualquier momento, en cualquier ocasión y en cualquier lugar. Y no hablo de formar un partido político, aunque cada vez que lo pienso me parece una idea más adecuada. Sólo hay que mirar hacia el lado ecologista.



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