Eficacia de las repoblaciones de Perdiz

La fuerte regresión poblacional que ha sufrido la Perdiz Roja (Alectoris rufa) desde mediados de los años 80 es conocida por todos, pero quizás no lo sea tanto el hecho de que éste no es un problema exclusivamente nacional, sino que se ha producido en toda el área de distribución mundial de la especie (Reino unido, Francia, Italia y España). Con la idea originaria de paliar este problema, en España se liberan al campo una cantidad ingente de ejemplares de granja cuyas cifra es casi imposible de calcular, pero que según algunas estimaciones supera los 3 millones de perdices al año. No obstante, tendríamos que preguntarnos si estas liberaciones tienen como fin el reforzamiento real de las poblaciones silvestres, o en caso contrario, cual es su finalidad. Siempre escuchamos opiniones “pues yo solté algunas y me pareció ver una hembra con pollos? las echamos y he visto alguna al año siguiente…”, pero estos testimonios suelen basarse en opiniones (más que en datos) y necesitaríamos conocer lo que los estudios al respecto han demostrado.

Con objeto de paliar este desconocimiento, se han diseñado trabajos en los que tras colocar radiocollares con emisores a las perdices, se ha realizado su liberación y posterior seguimiento analizando su supervivencia y causas de mortalidad. Estos emisores emiten una señal que permite localizar en cada momento donde están los ejemplares, e incluso llegan a emitir una señal distinta cuando el ejemplar parece haber muerto, lo que permite un seguimiento muy detallado del animal que lo porta.
 
En un estudio realizado en Aragón, Gortázar y col. (2000) marcaron un total de 62 ejemplares que liberaron de dos formas distintas, soltando ejemplares solitarios y soltándolos en bando. Concluyeron que de todas las perdices liberadas hasta el 34 % de los ejemplares morían en las primeras 72 horas. Pese a que la conclusión final del trabajo es que las sueltas no son un método eficaz para aumentar las poblaciones silvestres, demostraron que mientras el 94,2 % de los ejemplares liberados individualmente morían en el primer mes, al soltarlos en grupo la mortalidad bajaba hasta el 62,6 %. Las especies gregarias, como lo es parcialmente la perdiz, lo son por la ventaja que les ofrece el grupo…, más ojos para vigilar, menos probabilidad de ser atacados.
 
En otro estudio similar, Pérez y col. (2004)  marcaron un total de 54 perdices de 2-3 meses de edad. El estudio fue realizado en la provincia de Valladolid en un coto con hábitat propicio para la especie, y los ejemplares fueron liberados en el campo mediante dos métodos: introduciéndolos en jaulones de aclimatación con agua y alimento disponible del que podían entrar y salir libremente, o directamente al campo tras 5 minutos desde su llegada al coto. En este caso las conclusiones fueron igualmente ilustrativas, pues ninguna de las perdices liberadas sobrevivió a la temporada siguiente de cría. La supervivencia de las perdices fue realmente ridícula, con una media de 16,7 días para las liberadas mediante aclimatación y de 8,4 días para las perdices liberadas directamente al campo. Las distancias medias a las que se movieron los individuos desde el lugar de la suelta fueron igualmente exiguas y tremendamente similares, con una media de 437 m en el primer caso y 457 m en el segundo. Finalmente, las dos perdices que más sobrevivieron (una por cada uno de los métodos de sueltan) lo hicieron hasta los 75 días, por lo que a los dos meses y medio de las sueltas, no quedaba ningún ejemplar vivo. Analizando las causas de las muertes, el 81,1 % de los ejemplares fueron víctimas de los depredadores, el 7,5 % de la caza y el 11,3 % murieron debido a accidentes, enfermedades o inanición.
 
Los resultados indican que al contrario de lo que ocurre con el conejo -para el cual parecen existir unas directrices más claras sobre cuando, como y donde repoblar-, para la perdiz los resultados son mucho más confusos y no parece existir un protocolo claro que le de garantía a la repoblación. Sin embargo, las historias de conejos y perdices parecen paralelas a primera vista, al ser especies emblemáticas de la caza menor, con una eleva densidad hasta mediados del siglo XX, con un profundo declive poblacional a partir de los años 70 del siglo pasado y un intenso manejo en las granjas destinadas a repoblación. Quizás la diferencia radique en la hibridación que ha sufrido la Perdiz Roja proveniente de granja con otras especies como la griega o la chúkar.
 
Las herramientas de manejo de poblaciones no son pues una varita mágica que se puedan aplicar a cualquier especie, y probablemente serán necesarios más estudios y más gestión cinegética, para diseñar protocolos de actuación que ofrezcan ciertas garantías en las repoblaciones con Perdiz Roja.
 
Bibliografía consultada
C. Gortázar, R. Villafuerte, María Martín (2000). Success of traditional restocking of red-legged partridge for hunting purposes in areas of low density of northeast Spain Aragón. Zeitschrift für Jagdwissenschaft, 46: 23-30.
 
Pérez, J.A. y col. (2004). Use of radiotracking techniques to study a summer repopulation with Red-legged partridge (Alectoris rufa) chinks. Poultry Science, 83: 882-888. 


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